Esta mañana, bien temprano, tuve que emprender un pequeño viaje y decidí que era el momento perfecto de reconciliarme con mis acuarelas.
No estuve sola, fuí acompañada de mi estupenda y lamentablemente terminable taza de café, unas deliciosas listas de música y el Nokia Lumia 800.
Ya conocía el teléfono, pero no tan en profundidad y la verdad es que, como usuaria de iPhone, echaba en falta una buena cámara capaz de hacer fotos de 8 megapixels y buenos macros.
Para ver mejor el proceso, aquí están las fotos originales de mi concepto de desayuno perfecto.
Este fue mi pequeño reto y mi gran recompensa es que ya no odio esos cuadraditos de color que fueron obtenidos de insólitas formas que otro día os contaré, pero por lo pronto el jueves te propondré hacer algo muy sencillo para conseguir un premio que disfrutarás tanto como yo lo hice dibujando un zumo de naranja lleno de vida.
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